Mossos d’Esquadra
La Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra junto al grupo de investigación Conflict and Human Security de la Universidad de Córdoba e investigadores de las universidades de Granada y Burgos han analizado los factores de riesgo y protección presentes en los miembros de la célula terrorista del 17-A. El objetivo de esta investigación, publicada en la revista Behavioral Sciences of Terrorism and Political Aggression , ha permitido identificar los factores de riesgo y protección presentes en el proceso de radicalización violenta de los autores de los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils.
La célula terrorista formada por diez miembros empezó a constituirse entre finales de 2014 e inicios de 2015. Sobre estas diez personas, los investigadores han estudiado los factores de riesgo presentes en su radicalización y los de protección que deberían haber contrarrestado a los primeros. 17 y 18 de agosto de 2017, los factores potencialmente protectores no fueron suficientes para contrarrestar la influencia de los factores de riesgo, generándose así un desequilibrio para favorecer este proceso.
Los factores de riesgo analizados —especialmente los psicológicos (como la conexión dentro del grupo, la búsqueda de significado, la amenaza simbólica o realista, la pasión obsesiva o el autoritarismo, la percepción de amenaza)— y las actitudes/creencias subjetivas, que reflejan la perspectiva individual y las actitudes segregacionistas, las actitudes segregacionistas, politico-religioso) tuvieron una presencia significativamente más elevada entre los miembros que otros factores protectores, como los sociodemográficos (edad, nivel educativo, estado civil o empleo), o los experienciales/actitudinales, especialmente aquellos relacionados con su integración social, que habrían podido evitar su radicalización.
El estudio ha demostrado que los factores de riesgo estaban más conectados entre sí y mantenían un fuerte vínculo como si se formase una red bien estructurada y compacta. En cambio, los factores protectores estaban más desconectados entre sí y no tenían fuerza suficiente, por lo que los primeros neutralizaron los segundos y su posible efecto positivo. Las amistades que todos mantenían con gente externa a la célula no fue suficiente para neutralizar las acciones violentas que cometieron.
Un trabajo empírico sin sesgo ni estigmas
La Comisaría General de Información impulsó el proyecto Camins después de los atentados terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils con el objetivo de evaluar y mejorar los programas de prevención del extremismo violento (#PREV).
El objetivo era entender los motivos que llevaron a los miembros de la célula terrorista a iniciar un proceso de radicalización violenta y describir los factores que intervinieron. En este escenario, se concretó este proyecto de investigación liderado conjuntamente entre la Comisaría General de Información y el doctor Manuel Moyano Pacheco, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba. Posteriormente, se configuró un equipo de trabajo en el que también participaron investigadores de las universidades de Granada y Burgos y, de este modo, se unía el mundo policial con el académico. Esta investigación liderada por la CGINF se coordinó desde la Unidad Central de Prevención de Extremismos Violentos y participó una agente especializada en psicología forense, psicología social y ciencias del comportamiento.
Para realizar esta investigación, se han utilizado datos de la Comisaría General de Información que sirvieron para la investigación y elaboración del informe policial del “caso Ramblas”, bajo la tutela del Juzgado Central de Instrucción núm. 4 de la Audiencia Nacional.
Los datos extraídos incluyen 200 declaraciones policiales, 50 entrevistas semi-estructuradas realizadas con familiares, amigos y personas del entorno de los individuos, 123 evidencias tecnológicas, 25 pruebas físicas, 18 pruebas virtuales y otros informes complementarios vinculados con los individuos.
A nivel metodológico, el estudio ha combinado diversas estrategias analíticas.
La selección de los factores se basó en el metaanálisis de Wolfowicz et al. (2021), del que se excluyeron aquéllos que no encajaban con las características de los materiales analizados. Asimismo, también se incorporaron algunos factores adicionales procedentes de la revisión sistemática de Ohls et al. (2023). Estos factores se clasificaron en cinco dimensiones:
· Dimensión factores sociodemográficos: incluyendo atributos como la edad, el género, el nivel educativo, el estado civil, y el empleo y la religión.
· Dimensión factores experienciales/actitudinales: vinculados a la privación relativa, la integración, la confianza y la discriminación.
· Dimensión factores actitudinales/creencias subjetivas: que reflejan la perspectiva individual.
· Dimensión factores criminógenos: relacionados con la influencia de compañeros o redes radicales.
· Dimensión factores psicológicos: como la búsqueda de significado personal, la búsqueda de emociones y otros rasgos psicológicos o de personalidad.
El estudio se ha realizado de manera anónima codificando los datos para evitar conflictos éticos y para que el equipo investigador no tuviera ningún sesgo y el trabajo fuera absolutamente descriptivo y objetivo.
Planes de prevención de los radicalismos violentos
Esta investigación refuerza el liderazgo científico de la Comisaría General de Información, y ejemplifica el valor de la colaboración académica en la comprensión del fenómeno de la radicalización violenta, posicionando al Cuerpo de Mossos d’Esquadra como un referente en la prevención de los extremismos violentos.
La lucha contra la expansión de la radicalización violenta en cualquiera de sus estadios es uno de los principales retos de seguridad en Cataluña. Desde el año 2015 hasta ahora, la Comisaría General de Información ha impulsado, junto con otros departamentos de la Generalidad de Cataluña, diversos planes de prevención de los extremismos violentos, denominados #PREV.
El objetivo fundamental de estos procedimientos es expandir la red de colaboración en el ámbito preventivo y asegurar la participación activa de los sectores de la Comunidad Educativa, la Protección de la Infancia y la Juventud, la Proximidad Policial, los Agentes Rurales, la Ejecución Penal, los Servicios Sociales, las Comunidades Religiosas y Asociaciones Culturales y el deporte. A lo largo de los años que llevan desplegados, los protocolos #PREV se han consolidado como principal herramienta para prevenir y detectar la radicalización violenta en toda Cataluña.
Ahora, la relevancia de esta investigación se centra en la posibilidad de avanzar en el desarrollo de herramientas de apoyo a la evaluación del riesgo y en el conocimiento de los mecanismos que se encuentran en la base de la radicalización, un fenómeno sobre el que el conocimiento actual todavía es limitado. Asimismo, permitirá mejorar estos planes preventivos para ayudar a anticipar este problema social.